sábado, 23 de noviembre de 2013
viernes, 4 de octubre de 2013
Feliz Dia de nuestro Patrono
"Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible."
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Dia del Maestro y algo más
Y ese algo más fue la hermosa reunión del martes 10 por la noche, que comenzó con una celebración de Acción de Gracias y prosiguió con una cena espléndida donde se agasajaron a nuestras queridas educadoras Viviana Salomone y Mirta Rivero.
Ellas pasaron por la institución dejando sus huellas en muchísimos alumnos. Hoy disfrutando, ambas, de su merecido descanso luego de años cumplidos en esta vocación maravillosa de Enseñar y porque no de Aprender también.
Con la asistencia de profes, preceptores, personal directivo y no docente, administrativo del colegio y personal retirado de la institución.
Felicidades a todos los educadores en su dia en especial a Viviana y Mirta. Las puertas del San Francisco sienpre abiertas a para uds. PAZ Y BIEN!!!
jueves, 15 de agosto de 2013
Asuncion de la Virgen María
Mujer vestida de sol, tu das a luz al Salvador que empuja hacia el nuevo nacimiento Dichosa tú que has creído, porque lo que se te ha dicho de parte del Señor, en ti ya se ha cumplido. María Asunta, signo de esperanza y de consuelo, de humanidad nueva y redimida, danos de tu Hijo ser como tú llenas del Espíritu Santo, para ser fieles a la Palabra que nos llama a ser, también como tú, sacramentos del Reino. Hoy, tu sí, María, tu fiat, se encuentra con el sí de Dios a su criatura en la realización de su alianza, en el abrazo de un solo sí. Amén.
miércoles, 29 de mayo de 2013
martes, 28 de mayo de 2013
domingo, 17 de marzo de 2013
viernes, 15 de marzo de 2013
jueves, 14 de marzo de 2013
martes, 12 de febrero de 2013
COMIENZA LA CUARESMA 2013
La ceniza y su simbolismo
1.- Fugacidad
¿Qué es la ceniza? ¿Cómo se origina? Muchos niños y jóvenes de nuestras ciudades ya no sabrían contestar estas preguntas, a diferencia de sus abuelos que cotidianamente cocinaban y templaban sus casas usando como combustible elementos que una vez quemados, quedan reducidos a cenizas. Es por eso que para nuestros mayores era evidente que la ceniza es un símbolo transparente de la fugacidad y fragilidad de la existencia: la vida es tan frágil que el fuego la reduce, en un abrir y cerrar de ojos, a un puñadito de cenizas. No sólo en el antiguo Israel, sino también en las culturas egipcia, árabe y griega, el gesto de esparcir(se) cenizas sobre la cabeza era expresión de profunda conmoción, congoja, queja y dolor ante una vida (la de alguien cercano y amado, o/y la propia) hecha ‘polvo’, convertida en polvo y cenizas. Entendemos entonces la profundidad de la primera de las fórmulas usadas en este día, al imponernos la ceniza y que retoma las palabras del Señor-Dios a Adán: recuerda que eres polvo y al polvo volverás.
2.- Purificación
Es natural que quien se interroga sobre la fugacidad de la existencia, ante la certeza de la muerte, se pregunte igualmente sobre el sentido que ha dado a su vida, repasando errores y horrores. Quien lo hace lealmente, descubre sus pecados, límites y transgresiones. La ceniza ha sido desde antiguo un símbolo del deseo de conversión, penitencia y purificación. Así vemos, por ejemplo, que en el antiquísimo libro hindú de los Vedas, un viejo mito relata como Agni purificó todo su cuerpo con ceniza como expresión de sus deseos de borrar hasta la más mínima huella de los errores cometidos. Los antiguos romanos se bañaban con cenizas el día de año nuevo, para así empezar el nuevo año con total pureza. En muchos de los hogares de nuestros abuelos las cenizas eran usadas como un eficaz elemento de limpieza: una lejía fabricada con cenizas diluidas en agua, es muy útil para el lavado de la ropa y de la vajilla como también para la limpieza de los pavimentos de la casa, ¡con la gran ventaja, nada desdeñable, de ser biodegradable!
3.- Cruz y cenizas
Como hijas e hijos de nuestra madre, la Iglesia, comenzamos el itinerario cuaresmal que nos llevará hacia la Pascua, dejando que se dibuje sobre nuestras cabezas una Cruz hecha con ceniza. Ese signo en sí mismo habla claramente, es como un sonoro y mudo grito pidiéndole a Jesucristo que nos purifique, que purifique nuestro corazón. Jesús es el misericordioso amor de Dios humanado, que asumió nuestra vida con toda su fugacidad. Jesús transformó nuestro polvo,- ¡el de Adán! -, al ser clavado en la Cruz, transfigurando este instrumento de ignominia, odio y maldición en una señal de reconciliación y bendición: Al inclinar nuestra frente para que se trace sobre ella una bendita cruz de cenizas estamos sometiendo nuestra vida toda al humilde magisterio de la Cruz: nosotros anunciamos a Cristo crucificado,…, poder y sabiduría de Dios para los llamados, judíos o paganos. Pues la locura de Dios es más sabia que los hombres; y la debilidad de Dios, más fuerte que los hombres (1Cor 1,22-25)[1].
4.- Fecundidad
El amor misericordioso manifestado en la Cruz invita a todos a convertirse y creer en la Buena Noticia del Evangelio (Mc 1,15). La Cruz irradia todo el amor misericordioso que Dios nos puso de manifiesto en Jesús, otorgándonos las fuerzas para reorientar nuestras vidas (es decir, convertirnos). La ceniza no sólo es señal de la fugacidad y fragilidad de la vida, ni sólo signo de dolor y penitencia, sino también señal de nueva fecundidad. De una vida que es frágil y fugaz, pero,…, poseedora de una inusitada fecundidad: en los viejos tiempos los campesinos usaban la ceniza como el más excelente de los abonos, porque sabían que aumenta la fecundidad de la tierra. El alto contenido en substancias minerales de la ceniza hace que el trigo crezca con mayor abundancia, otorgando pan al hambriento…
5.- Vida imperecedera e indestructible
Iluminados por este polifacético simbolismo de la ceniza podemos entonces concluir que quien recibe la imposición de las cenizas, le está pidiendo a Dios que su cuaresma sea un tiempo de conversión, purificación y fecundidad espiritual. Hacemos memoria de la fugacidad de la vida (es decir, de la muerte), pero para no olvidar que nuestra vida está llamada, en Cristo, a la inusitada fecundidad de la Resurrección: Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera vivirá (Jn 11,25). El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto (Jn 15,5).
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[1] Basado en Karl Rahner, Kleines Kirchenjahr,- Ein Gang durch den Festkreis-, Friburgo, Basilea, Viena
lunes, 11 de febrero de 2013
RENUNCIA DE BENEDICTO XVI
OTRAS RENUNCIAS PAPELES EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
La renuncia de un Papa está prevista en el Código de Derecho Canónico, que establece que para que sea válida es necesario que sea libre. "No se requiere que sea aceptada por nadie, dado que no tiene superior en la tierra", especifica el documento.
Benedicto XVI, que dejará el Pontificado el próximo 28 de febrero, no es el primer papa que renuncia en la historia de la Iglesia Católica, el último de los cuales fue Gregorio XII (1406-1415) en el siglo XV.
El primero fue el papa Clemente I (del 88 al 97) quien renunció a favor de Evaristo, porque tras ser arrestado y condenado al exilio decidió que los católicos no se quedasen sin un guía espiritual. Algo similar ocurrió con el papa Ponciano (230 al 235), que dejó su cargo a favor del Papa Antero al haber sido enviado al exilio, mientras que el Papa Silverio (536 al 537) fue obligado a renunciar a favor del Papa Vigilio.
En cambio, Benedicto IX (del 10 marzo al 1 de mayo de 1045) en un primer momento renunció a favor de Silvestre III, pero después retomó el cargo para pasarlo a Gregorio VI, quien fue acusado de haberlo adquirido ilegalmente y decidió también renunciar.
El caso más conocido fue el del papa Celestino V, quien ha pasado a la historia como el pontífice del "gran rechazo", pues su pontificado duró del 29 de agosto al 13 de diciembre de 1294 y después se retiró a una vida de ermitaño. Tras su renuncia fue elegido Bonifacio VIII.
El último papa que renunció fue Gregorio XII (1406 a 1415), que vivió el llamado Cisma de Occidente, en el que coincidieron tres papas al mismo tiempo: además de Gregorio XII, el papa de Roma; Benedicto XIII, el papa de Avignon, y el llamado "antipapa" Juan XXIII. Con el concilio de Constanza, el emperador Segismundo obligó a dimitir a los tres pontífices, pero sólo Gregorio XII obedeció y después de él fue elegido Martín V.
lunes, 4 de febrero de 2013
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